domingo, 20 de abril de 2025

ENGAÑADOS POR NUESTRA MENTE: LAS ILUSIONES DE LA PERCEPCIÓN Y LOS ATAJOS DE LA DECISIÓN.

 I. LA NEUROFISIOLOGÍA DE LAS ILUSIONES VISUALES

El camino de la percepción visual

Para entender completamente por qué experimentamos ilusiones visuales, debemos trazar el recorrido completo de la información visual desde que la luz entra en nuestros ojos hasta que se forma una representación consciente en nuestra mente.

La percepción visual comienza cuando los fotones (partículas de luz) impactan en la retina, donde aproximadamente 125 millones de fotorreceptores (bastones y conos) convierten la energía luminosa en señales electroquímicas. Es importante entender que ya en este primer paso ocurre una transformación significativa: la retina no es una simple cámara, sino que contiene neuronas que realizan un procesamiento inicial de la información.

La retina contiene cinco tipos principales de neuronas: fotorreceptores, células horizontales, células bipolares, células amacrinas y células ganglionares. Estas células ya organizan información sobre contraste, movimiento y color antes de que la señal salga del ojo. Este procesamiento previo explica algunas ilusiones como las post-imágenes (cuando ves un color complementario después de mirar fijamente un color intenso) o las franjas de Mach (donde percibes bandas de contraste exagerado en los bordes entre áreas claras y oscuras).

Desde la retina, la información viaja a través del nervio óptico hacia el núcleo geniculado lateral (NGL) del tálamo. El NGL no es un simple relé, sino que organiza la información en capas con funciones específicas. Por ejemplo, las capas 1 y 2 (magnocelulares) procesan principalmente movimiento y contraste, mientras que las capas 3-6 (parvocelulares) se especializan en detalle y color. Esta separación explica por qué algunas ilusiones afectan solo aspectos específicos de la visión.

La información llega luego a la corteza visual primaria (V1) en el lóbulo occipital, donde las neuronas responden a características específicas como la orientación de líneas. Las células simples responden a líneas o bordes de orientación específica, mientras que las células complejas responden a líneas en movimiento. V1 contiene una representación retinotópica completa del campo visual, pero ya aquí ocurre algo fascinante: lo que "ve" V1 no es exactamente lo que llega a la retina, sino una interpretación inicial influenciada por conexiones laterales e inhibiciones.

Después de V1, la información se divide en dos corrientes principales:

  • La vía ventral o del "qué" (hacia el lóbulo temporal), especializada en reconocimiento de objetos

  • La vía dorsal o del "dónde" (hacia el lóbulo parietal), especializada en ubicación espacial y movimiento

La percepción consciente surge de la integración de estas vías en áreas de asociación de alto nivel como la corteza prefrontal y la corteza parietal posterior.

Ilusiones fisiológicas: engaños en el hardware

Las ilusiones fisiológicas se producen por el funcionamiento básico de nuestro sistema visual y ocurren porque nuestros receptores y circuitos neurales primarios tienen propiedades específicas que pueden ser "explotadas".

Un ejemplo clásico es la adaptación a la luminosidad. Nuestros fotorreceptores se adaptan constantemente a los niveles de luz, lo que nos permite ver tanto a pleno sol como en una habitación tenuemente iluminada (un rango de luminosidad de aproximadamente 10 billones a 1). Esta adaptación es crucial para nuestra supervivencia, pero puede causar ilusiones.

Si miramos fijamente un punto durante aproximadamente 30 segundos y luego miramos una superficie blanca, veremos una post-imagen negativa. Esto ocurre porque los fotorreceptores que detectaron el estímulo original se fatigan y responden menos, mientras que los receptores circundantes mantienen su sensibilidad normal. Cuando miramos la superficie blanca, las áreas fatigadas responden menos, creando la ilusión del negativo.

Otro ejemplo fascinante son las bandas de Mach. Si vemos un gradiente que va de oscuro a claro, percibimos falsamente una banda más oscura justo antes del cambio al área clara y una banda más clara justo después del área oscura. Esto ocurre porque nuestras células ganglionares de la retina utilizan la "inhibición lateral" - cuando una célula se activa, inhibe parcialmente la actividad de sus vecinas. Este mecanismo aumenta el contraste en los bordes, lo que evolutivamente nos ayuda a detectar contornos de objetos, pero también crea esta ilusión.

Ilusiones cognitivas: sesgos en el software

Las ilusiones cognitivas son aún más fascinantes porque involucran niveles superiores de procesamiento cerebral. Estas ilusiones revelan cómo nuestro cerebro interpreta activamente la información, añadiendo contexto, expectativas y conocimiento previo.

El triángulo de Kanizsa ilustra perfectamente la tendencia del cerebro a completar información. Vemos un triángulo blanco que parece más brillante que el fondo, aunque físicamente no existe tal diferencia de luminosidad. Estudios con resonancia magnética funcional han revelado que cuando vemos esta ilusión, se activan neuronas en la corteza visual V2 que responden a contornos ilusorios como si fueran reales. Esto sugiere que la percepción de bordes ocurre temprano en el procesamiento visual, antes incluso de que la información llegue a las áreas de reconocimiento de objetos.

La ilusión de Ebbinghaus (donde un círculo central parece más pequeño cuando está rodeado de círculos grandes que cuando está rodeado de círculos pequeños) demuestra cómo el contexto afecta nuestra percepción del tamaño. Esta ilusión se debe a cómo las neuronas en la corteza visual responden diferentemente según el tamaño relativo de los estímulos. Curiosamente, estudios transculturales han mostrado que personas de culturas que viven en entornos abiertos con pocos ángulos rectos (como los Himba de Namibia) son menos susceptibles a esta ilusión, sugiriendo que nuestras experiencias visuales moldean nuestras percepciones.

Las figuras ambiguas como el conocido jarrón de Rubin (que puede verse como un jarrón o como dos caras de perfil) revelan otro aspecto fascinante: nuestro cerebro no puede mantener simultáneamente interpretaciones contradictorias. Los estudios de seguimiento ocular muestran que cuando percibimos una interpretación, nuestros ojos tienden a rastrear características relevantes para esa percepción. Cuando cambia la percepción, también cambia el patrón de movimiento ocular. Esto demuestra la naturaleza activa y constructiva de la percepción.

Cómo el cerebro construye una realidad coherente

Lo más impresionante de nuestro sistema visual es cómo integra información fragmentaria para crear una experiencia coherente y estable. Nuestros ojos realizan 3-4 movimientos sacádicos por segundo, cada uno seguido de una breve fijación. Durante los movimientos sacádicos, experimentamos una supresión visual (llamada "supresión sacádica"), donde el cerebro esencialmente "apaga" la entrada visual para evitar ver el mundo como una mancha borrosa.

Además, parpadeamos aproximadamente 15-20 veces por minuto, lo que significa que nuestros ojos están cerrados cerca del 10% del tiempo que estamos despiertos. A pesar de estas interrupciones constantes, percibimos un mundo visual estable y continuo.

Este fenómeno se explica por la "coherencia temporal" - nuestro cerebro mantiene una representación interna del mundo que persiste durante breves interrupciones sensoriales. La corteza parietal posterior juega un papel crucial en este proceso, manteniendo un mapa espacial de nuestro entorno incluso cuando no lo estamos viendo directamente.

Esta construcción activa de la realidad, esencial para nuestro funcionamiento normal, también es la base de muchas ilusiones. No vemos el mundo "como es", sino como nuestro cerebro lo interpreta basado en datos sensoriales parciales, expectativas y conocimiento previo. Esta característica, que nos permite funcionar en un mundo complejo, también nos hace vulnerables a engaños perceptivos.

II. ANATOMÍA DE LOS SESGOS COGNITIVOS

El sistema dual: comprendiendo a Kahneman en profundidad

El modelo de los dos sistemas de pensamiento propuesto por Daniel Kahneman nos proporciona un marco fundamental para entender por qué cometemos errores sistemáticos en nuestro pensamiento. Sin embargo, es importante profundizar en este modelo para comprenderlo completamente.

El Sistema 1 no es simplemente "rápido" - es un conjunto complejo de subsistemas que operan en paralelo, procesando enormes cantidades de información sin esfuerzo consciente. Incluye reconocimiento de patrones, respuestas emocionales, asociaciones automáticas, juicios intuitivos y hábitos. Funciona mediante heurísticas (atajos mentales) que evolucionaron para permitirnos responder rápidamente a situaciones donde la velocidad era esencial para la supervivencia.

Neurológicamente, el Sistema 1 involucra estructuras cerebrales filogenéticamente antiguas como:

  • La amígdala, crucial para la detección de amenazas y respuestas emocionales

  • Los ganglios basales, involucrados en comportamientos habituales y automatizados

  • El hipocampo, que permite el reconocimiento rápido basado en memoria

  • El cerebelo, que coordina secuencias de acciones aprendidas

Estos sistemas pueden procesar información en paralelo, lo que explica la velocidad y eficiencia del Sistema 1.

El Sistema 2, por otro lado, es secuencial, energéticamente costoso y tiene una capacidad limitada. Cuando Kahneman habla de "pensamiento lento", se refiere principalmente a la función ejecutiva localizada en la corteza prefrontal, especialmente la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC). Esta región es distintivamente desarrollada en humanos y es responsable de:

  • La atención sostenida y focalizada

  • La memoria de trabajo (mantener información en mente mientras la manipulamos)

  • La inhibición de respuestas automáticas

  • La resolución de conflictos cognitivos

  • El pensamiento abstracto y la planificación

La DLPFC tiene un alto costo metabólico - aunque representa solo el 2% del peso corporal, el cerebro consume aproximadamente el 20% de la energía del cuerpo, y la activación intensa del Sistema 2 aumenta significativamente este consumo.

La relación entre ambos sistemas es más compleja que una simple dicotomía. El Sistema 2 puede "programar" al Sistema 1 mediante la práctica, convirtiendo actividades que inicialmente requerían esfuerzo consciente en automáticas (como conducir o tocar un instrumento). Además, el Sistema 2 puede "supervisar" al Sistema 1, interviniendo cuando detecta inconsistencias o errores potenciales.

Los sesgos cognitivos surgen en esta interacción: el Sistema 1 proporciona juicios rápidos que el Sistema 2, por pereza cognitiva, a menudo acepta sin el escrutinio adecuado. Como Kahneman señala: "El Sistema 2 es perezoso", y esta pereza nos hace vulnerables a errores sistemáticos.

Neurobiología de los sesgos principales

Cada sesgo cognitivo tiene una base neurobiológica específica. Veamos algunos de los más importantes con mayor profundidad:

El sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación (nuestra tendencia a buscar y favorecer información que confirme nuestras creencias existentes) tiene raíces neurológicas fascinantes. Los estudios de neuroimagen muestran que cuando encontramos información que confirma nuestras creencias, se activan los circuitos de recompensa del cerebro, particularmente el núcleo accumbens y la corteza orbitofrontal, liberando dopamina y generando una sensación de placer.

Por el contrario, cuando enfrentamos información contradictoria, se activan regiones asociadas con el procesamiento de errores y conflictos, como la corteza cingulada anterior, provocando una respuesta similar a la incomodidad física. Esta asimetría en la respuesta neural crea un refuerzo positivo para buscar confirmación y un castigo para considerar alternativas.

Lo más interesante es que investigaciones recientes usando EEG (electroencefalografía) han demostrado que el sesgo de confirmación opera en fases muy tempranas del procesamiento (aproximadamente 200-300 milisegundos después de la exposición al estímulo), sugiriendo que ocurre antes del procesamiento consciente completo.

El sesgo de anclaje

El sesgo de anclaje (la tendencia a depender excesivamente del primer dato que recibimos) involucra la corteza prefrontal ventromedial y el hipocampo. Los estudios neurocientíficos sugieren que cuando recibimos la información inicial (el "ancla"), esta activa una red específica de representaciones en nuestra memoria asociativa.

Cuando luego intentamos estimar o evaluar algo relacionado, estas representaciones ya activadas tienen una ventaja de accesibilidad sobre otras potencialmente relevantes. Esto crea un "efecto de cebado" donde la información anclada influye desproporcionadamente en nuestro juicio posterior.

Experimentes con resonancia magnética funcional (fMRI) han mostrado que la magnitud del efecto de anclaje correlaciona con la actividad en la corteza prefrontal ventromedial, sugiriendo que esta región juega un papel en la integración de la información de anclaje con el juicio subsiguiente.

El sesgo de negatividad

El sesgo de negatividad (dar más peso a experiencias negativas que positivas) está profundamente arraigado en nuestra biología. La amígdala, crucial para procesar amenazas y estímulos emocionales, responde más rápida e intensamente a estímulos negativos que positivos.

Esta asimetría tiene sentido evolutivo: las consecuencias de ignorar una amenaza (como un depredador) eran potencialmente fatales, mientras que ignorar una oportunidad positiva (como una fruta adicional) tenía consecuencias menos graves. Esta sensibilidad diferencial se refleja en nuestra fisiología - las respuestas de estrés (mediadas por el eje hipotalámico-pituitario-adrenal) se activan más rápidamente que las respuestas de calma.

Los estudios de potenciales relacionados con eventos (ERP) muestran que nuestro cerebro dedica más recursos de procesamiento a caras negativas que positivas, y la actividad en la amígdala aumenta significativamente ante rostros amenazantes incluso cuando se presentan subliminalmente (tan rápido que no somos conscientes de haberlos visto).

El efecto Dunning-Kruger

El efecto Dunning-Kruger (donde las personas con menos habilidad tienden a sobreestimar su competencia) tiene bases neuronales en la corteza prefrontal media y la corteza cingulada anterior, regiones involucradas en la metacognición (pensar sobre nuestro propio pensamiento).

Cuando carecemos de experiencia en un área, también carecemos de los marcos cognitivos necesarios para evaluar nuestra propia incompetencia. Neurológicamente, esto ocurre porque las mismas redes necesarias para realizar una tarea son esenciales para evaluar nuestra competencia en ella. Sin estas redes bien desarrolladas, carecemos de la capacidad de reconocer nuestros errores.

Las investigaciones con fMRI muestran que las personas con mejor metacognición (capacidad para juzgar la precisión de sus propios conocimientos) muestran mayor conectividad entre la corteza prefrontal anterior y regiones de procesamiento específicas de tareas. Esta conectividad permite un "monitoreo" más preciso de nuestro propio desempeño.

El "intérprete" cerebral: el narrador dentro de nosotros

El concepto del "intérprete" cerebral, desarrollado inicialmente por el neurocientífico Michael Gazzaniga a partir de estudios en pacientes con cerebro dividido, nos proporciona una ventana fascinante a cómo nuestro cerebro construye narrativas para explicar nuestro comportamiento.

En pacientes a quienes se les ha seccionado el cuerpo calloso (la principal conexión entre los hemisferios cerebrales) para tratar epilepsia severa, los hemisferios funcionan relativamente independientes. En experimentos clásicos, cuando se presentaba información solo al hemisferio derecho (mostrando imágenes al campo visual izquierdo), el paciente no podía describir verbalmente lo que había visto, ya que el centro del lenguaje está típicamente en el hemisferio izquierdo.

Sin embargo, si se le pedía al paciente que seleccionara con su mano izquierda (controlada por el hemisferio derecho) un objeto relacionado con lo que había visto, lo hacía correctamente. Lo sorprendente ocurría cuando se le preguntaba por qué había elegido ese objeto: el hemisferio izquierdo, sin acceso a la información original, inventaba una explicación plausible basada en la acción observada.

Por ejemplo, si al hemisferio derecho se le mostraba una imagen de nieve y el paciente seleccionaba una pala con su mano izquierda, podría explicar: "Elegí la pala porque necesito limpiar nuestro patio trasero". El hemisferio izquierdo había creado una narrativa coherente sin acceso a la verdadera razón de la elección.

Gazzaniga llamó a este fenómeno el "intérprete" y propuso que este mecanismo no es exclusivo de pacientes con cerebro dividido, sino una característica fundamental del funcionamiento cerebral humano. Todos tenemos un "intérprete" que constantemente construye explicaciones para nuestras acciones, incluso cuando las verdaderas causas son inaccesibles a nuestra conciencia.

Investigaciones recientes han refinado nuestra comprensión del intérprete. Se ha identificado que las áreas clave involucradas incluyen:

  • La corteza prefrontal ventromedial, importante para la integración de información emocional y cognitiva

  • La corteza prefrontal dorsolateral izquierda, asociada con razonamiento y explicaciones verbales

  • El precúneo y la corteza cingulada posterior, regiones que integran memoria autobiográfica con el presente

El intérprete no es simplemente un "mentiroso" dentro de nuestro cerebro - es un mecanismo esencial para la coherencia del yo y la agencia personal. Sin esta capacidad para construir narrativas coherentes, nuestra experiencia sería fragmentaria y desconectada.

Sin embargo, el intérprete puede llevarnos a engañarnos a nosotros mismos, especialmente cuando nuestras acciones están impulsadas por procesos inconscientes (como sesgos implícitos o influencias subliminales). En estos casos, el intérprete confabula explicaciones que parecen racionales pero que no reflejan las verdaderas causas de nuestro comportamiento.

Investigaciones recientes del neurocientífico Andrés Rieznik han identificado que cuando nos autoengañamos, existe un "revisor" - circuitos neuronales que revisan inconscientemente lo que dice el intérprete. Este mecanismo explica por qué a veces sentimos una sensación visceral de incomodidad cuando justificamos decisiones basadas en autoengaño - una parte de nosotros "sabe" que la explicación no es completamente verdadera.

III. LA NEUROCIENCIA DE LA TOMA DE DECISIONES

Los mecanismos neuronales de la elección

La toma de decisiones es un proceso extraordinariamente complejo que involucra múltiples sistemas cerebrales. Las investigaciones recientes están revelando con gran detalle los circuitos neuronales específicos involucrados.

Cuando nos enfrentamos a una decisión, ocurren varios procesos neuronales en secuencia:

  1. Representación de opciones: La corteza orbitofrontal (OFC) codifica el valor de las diferentes opciones disponibles. Las neuronas en esta región muestran tasas de activación proporcionales al valor subjetivo de cada opción.

  2. Comparación de valores: La corteza cingulada anterior (ACC) y la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC) comparan estos valores y detectan conflictos cuando las opciones tienen valores similares.

  3. Selección de acción: Los ganglios basales, particularmente el estriado, implementan la selección de acciones basadas en estos valores comparativos.

  4. Implementación de la decisión: La corteza motora primaria y el área motora suplementaria ejecutan la acción seleccionada.

  5. Evaluación de resultados: El sistema dopaminérgico, particularmente la vía mesolímbica, codifica la diferencia entre los resultados esperados y los reales, generando "señales de error de predicción" que influyen en decisiones futuras.

Un descubrimiento fascinante de la Universidad de Harvard en 2024 reveló un mecanismo adicional crucial: la "inhibición competitiva" entre opciones. En este estudio con ratones, se descubrió que cuando el animal decidía girar a la derecha, no solo se activaban las neuronas asociadas con esta decisión, sino que estas neuronas activamente suprimían la actividad de las neuronas asociadas con girar a la izquierda.

Este mecanismo de inhibición lateral asegura la estabilidad de la decisión y reduce la probabilidad de "cambios de opinión". Esto tiene profundas implicaciones para entender por qué nos resulta tan difícil reconsiderar decisiones una vez tomadas - literalmente hemos inhibido los circuitos neuronales asociados con la alternativa rechazada.

El papel crítico de la emoción en la racionalidad

Contrariamente a la creencia popular de que las emociones son "interferencias" en el razonamiento racional, las investigaciones del neurocientífico Antonio Damasio han demostrado que las emociones son fundamentales para la toma de decisiones efectiva.

Damasio estudió pacientes con daño en la corteza prefrontal ventromedial (vmPFC), una región que conecta áreas de procesamiento emocional con áreas de razonamiento ejecutivo. Estos pacientes mantenían su capacidad intelectual intacta según las pruebas psicométricas estándar, pero mostraban profundos déficits en la toma de decisiones en la vida real.

El caso más famoso es el de Phineas Gage, el trabajador ferroviario del siglo XIX que sobrevivió a un accidente donde una barra de hierro atravesó su corteza prefrontal. Aunque mantuvo sus capacidades cognitivas básicas, su personalidad cambió drásticamente, volviéndose impulsivo e incapaz de tomar decisiones efectivas.

Casos modernos estudiados por Damasio mostraban que estos pacientes podían describir racionalmente qué deberían hacer en situaciones hipotéticas, pero en la vida real eran incapaces de decidir cosas tan simples como cuándo programar una cita o qué restaurante elegir.

Damasio propuso la "hipótesis del marcador somático" para explicar este fenómeno. Según esta teoría, nuestras experiencias pasadas generan asociaciones entre situaciones y estados corporales específicos (cambios en ritmo cardíaco, tensión muscular, actividad electrodérmica). Estas sensaciones corporales o "marcadores somáticos" funcionan como señales que guían nuestras decisiones, a menudo por debajo del nivel de consciencia.

Cuando consideramos opciones potencialmente negativas, experimentamos una sensación somática sutil de malestar que nos alerta sobre posibles problemas. Los pacientes con daño en la vmPFC carecen de estas señales emocionales, lo que los deja sin una guía intuitiva para evaluar opciones.

Esta integración emoción-razón tiene bases evolutivas sólidas. La investigación en neurociencia afectiva muestra que el sistema límbico (particularmente la amígdala) que procesa emociones desarrolló conexiones recíprocas con la corteza prefrontal más recientemente evolucionada. Estas conexiones permiten que las emociones informen a la cognición y que la cognición regule las emociones.

Los estudios con neuroimagen funcional (fMRI) confirman esta interacción: cuando tomamos decisiones, se activan tanto regiones asociadas con el procesamiento emocional (amígdala, ínsula) como regiones asociadas con el razonamiento deliberativo (corteza prefrontal dorsolateral). Decisiones aparentemente "racionales", como inversiones financieras, muestran activación en centros emocionales del cerebro.

Un estudio reciente utilizando EEG mostró que las señales de decisión aparecen en la corteza motora aproximadamente 500 milisegundos antes de que seamos conscientes de haber decidido, sugiriendo que gran parte de nuestra toma de decisiones ocurre antes de la consciencia.

Atajos mentales: heurísticas desde la perspectiva neurobiológica

Las heurísticas (atajos mentales) que subyacen a muchos sesgos cognitivos tienen bases neurobiológicas específicas. Entender estos mecanismos cerebrales nos ayuda a comprender por qué son tan persistentes y difíciles de superar.

La heurística de disponibilidad (juzgar probabilidades por la facilidad con que vienen ejemplos a la mente) está vinculada a cómo funciona nuestro hipocampo y la corteza temporal medial en la recuperación de recuerdos. Eventos emocionalmente intensos o recientes activan más fuertemente estas regiones, haciéndolos más "disponibles" para el recuerdo.

Estudios con resonancia magnética funcional muestran que cuando juzgamos riesgos, la activación del hipocampo correlaciona con el grado en que nuestros juicios son influenciados por ejemplos fácilmente recordables. Esta activación hipocampal es automática y ocurre antes de que podamos aplicar un razonamiento estadístico más riguroso.

La heurística de representatividad (juzgar probabilidades basándonos en cuánto se parece algo a nuestro prototipo mental) involucra la corteza temporal inferior y la unión temporo-parietal. Estas regiones almacenan representaciones de categorías y prototipos. Cuando vemos algo similar a nuestro prototipo mental de una categoría, estas regiones se activan fuertemente, creando una señal que interpretamos como "pertenencia" a esa categoría.

Un aspecto fascinante es que esta heurística opera a nivel de redes neuronales: nuestros cerebros han evolucionado para detectar patrones y categorizar rápidamente, una capacidad esencial para la supervivencia. Cuando un estímulo activa un patrón similar a una categoría almacenada, las conexiones neuronales refuerzan esta interpretación, a veces a expensas de considerar información estadística más precisa.

La heurística de afecto (tomar decisiones basadas en reacciones emocionales inmediatas) tiene su base en la amígdala y la ínsula, regiones que generan respuestas emocionales rápidas antes de que podamos analizar conscientemente la situación. La ínsula anterior, en particular, integra señales corporales internas con información externa, creando una "sensación visceral" que influye poderosamente en nuestras decisiones.

Los estudios muestran que bloquear la retroalimentación corporal (por ejemplo, mediante beta-bloqueadores que reducen la respuesta del sistema nervioso simpático) puede alterar significativamente las decisiones en situaciones de riesgo, demostrando la importancia de estas señales somáticas en nuestros juicios.

IV. APLICACIONES PRÁCTICAS Y FRONTERAS DE LA INVESTIGACIÓN

Neuromarketing: explotando los sesgos para influir en decisiones

El neuromarketing representa una aplicación directa de nuestro conocimiento sobre cómo el cerebro toma decisiones y cómo nos engañan nuestros sesgos cognitivos. Esta disciplina utiliza técnicas neurocientíficas para comprender y potencialmente influir en el comportamiento del consumidor.

Las técnicas principales utilizadas incluyen:

  • Electroencefalografía (EEG): Mide la actividad eléctrica cerebral con alta resolución temporal, permitiendo ver cómo responde el cerebro milisegundo a milisegundo ante estímulos publicitarios.

  • Resonancia Magnética Funcional (fMRI): Visualiza qué regiones cerebrales se activan durante la exposición a productos o mensajes publicitarios, con excelente resolución espacial.

  • Seguimiento ocular (Eye-tracking): Rastrea el movimiento de los ojos para determinar qué elementos de un diseño o anuncio atraen más atención y en qué orden.

  • Respuesta galvánica de la piel: Mide cambios en la conductividad eléctrica de la piel causados por excitación emocional.

  • Codificación facial: Analiza micro-expresiones faciales para detectar respuestas emocionales sutiles.

Las investigaciones de neuromarketing han revelado hallazgos fascinantes:

  1. Predicción del éxito: Un estudio de 2012 utilizando EEG encontró que la actividad en la corteza prefrontal medial anticipaba con un 77% de precisión qué anuncios televisivos generarían más ventas, superando significativamente a los métodos tradicionales de investigación de mercado.

  2. El poder del precio: Experimentos con fMRI mostraron que cuando los consumidores ven un precio que perciben como injusto, se activa la ínsula, una región asociada con el disgusto y el dolor. Sin embargo, cuando el mismo producto se presenta con una narrativa que justifica el precio (como "hecho a mano" o "edición limitada"), esta activación disminuye significativamente.

  3. Influencia subcortical: Los logotipos y elementos de marca activan regiones subcorticales como el núcleo accumbens (centro de recompensa) y la amígdala (procesamiento emocional) incluso cuando los consumidores no están conscientemente evaluando marcas.

  4. El enfoque del atasco: Un fenómeno descubierto recientemente muestra que cuando un anuncio presenta un problema y luego su resolución, causa una mayor activación en los centros de recompensa del cerebro que aquellos que solo muestran aspectos positivos.

Entre las aplicaciones más efectivas del neuromarketing se encuentran:

El "priming": Exponer a los consumidores a ciertos estímulos que influyen inconscientemente en decisiones posteriores. Por ejemplo, un estudio mostró que reproducir música francesa o alemana en una tienda de vinos influía significativamente en qué vinos (franceses o alemanes) compraban los clientes, aunque estos negaban haber sido influenciados.

Anclaje de precios: Presentar primero productos de precio elevado establece un "ancla" que hace que productos más baratos parezcan económicos en comparación, aunque objetivamente sean caros.

Escasez percibida: Frases como "por tiempo limitado" o "solo quedan 3 unidades" activan la amígdala y circuitos de miedo a la pérdida, incrementando el deseo por el producto.

Las implicaciones éticas son significativas. Dado que muchas de estas técnicas influyen en procesos inconscientes, surgen preocupaciones sobre el consentimiento informado y la autonomía del consumidor. Sin embargo, defensores argumentan que el neuromarketing simplemente permite a las empresas crear productos y mensajes que resuenen mejor con las necesidades y deseos reales de los consumidores.

Técnicas avanzadas para combatir sesgos: entrenamiento cerebral

La investigación emergente sugiere que es posible entrenar nuestro cerebro para reducir el impacto de los sesgos cognitivos. Este campo, conocido como "debiasing", está desarrollando técnicas cada vez más sofisticadas basadas en nuestro conocimiento neurocientífico.

Metacognición estructurada

La metacognición (pensar sobre nuestro propio pensamiento) puede entrenarse sistemáticamente. Investigadores han desarrollado protocolos que incluyen:

  • Juicios de confianza calibrados: Entrenar a las personas para evaluar con precisión su nivel de confianza en diferentes tipos de juicios, ajustando regularmente estas evaluaciones basándose en retroalimentación objetiva.

  • Mapeo de procesos de pensamiento: Documentar explícitamente los pasos mentales seguidos para llegar a una conclusión, identificando puntos donde los sesgos podrían haber influido.

  • Consciencia de procesos duales: Aprender a reconocer cuándo estamos utilizando el Sistema 1 (intuitivo) versus el Sistema 2 (deliberativo), y cambiar conscientemente de modo cuando sea apropiado.

Un estudio con radiólogos encontró que aquellos entrenados en metacognición estructurada cometían significativamente menos errores diagnósticos relacionados con sesgos, y mantenían esta mejora durante al menos seis meses después del entrenamiento.

Entrenamiento en facilitación de perspectivas

El sesgo de confirmación puede contrarrestarse mediante técnicas que facilitan activamente la consideración de perspectivas alternativas:

  • Abogado del diablo estructurado: Asignar sistemáticamente a alguien la tarea de argumentar convincentemente contra la posición prevalente, no solo como ejercicio sino como parte integral del proceso de decisión.

  • Premortem cognitivo: Imaginar que una decisión ha resultado en fracaso y analizar retrospectivamente por qué fracasó, antes de tomar la decisión real.

  • Mapeo de supuestos: Identificar explícitamente los supuestos subyacentes a una conclusión y evaluar la evidencia para cada uno individualmente.

Un experimento con inversores mostró que aquellos entrenados en estas técnicas estaban significativamente menos sujetos al sesgo de confirmación y obtenían mejores rendimientos de sus inversiones durante un período de seguimiento de un año.

Modificación de sesgos atencionales

Nuevas técnicas de entrenamiento cognitivo aprovechan la neuroplasticidad para modificar directamente los patrones de atención sesgados:

  • Entrenamiento de modificación de sesgo atencional (ABM): Utiliza tareas computarizadas diseñadas para redirigir automáticamente la atención lejos de estímulos negativos o amenazantes, especialmente útil para contrarrestar el sesgo de negatividad.

  • Entrenamiento de modificación de interpretación (CBM-I): Entrena a las personas para interpretar situaciones ambiguas de manera más neutra o positiva.

Estudios con fMRI muestran que estos entrenamientos pueden reconfigurar las conexiones entre la amígdala (procesamiento emocional) y la corteza prefrontal (control cognitivo), reduciendo la reactividad a estímulos negativos y aumentando el control sobre las respuestas emocionales.

Entrenamiento en pausa cognitiva

El psicólogo Daniel Kahneman recomienda la "pausa cognitiva" como técnica fundamental:

  1. Reconocer "gatillos" de decisión: Identificar situaciones que típicamente desencadenan decisiones rápidas e intuitivas.

  2. Implementar pausas deliberadas: Insertar deliberadamente un período de espera antes de decisiones importantes.

  3. Aplicar preguntas estructuradas: Durante la pausa, responder a preguntas específicas diseñadas para contrarrestar sesgos comunes.

Un estudio reciente con ejecutivos encontró que aquellos entrenados en pausa cognitiva tomaban decisiones empresariales significativamente mejores en situaciones de alta incertidumbre.

Meditación de atención plena (mindfulness)

La investigación neurocientífica muestra que la meditación regular de atención plena puede cambiar físicamente estructuras cerebrales relevantes para el control de sesgos:

  • Aumenta el grosor cortical en la corteza prefrontal, asociada con el control ejecutivo.

  • Reduce la actividad de la amígdala en respuesta a estímulos emocionales negativos.

  • Mejora la conectividad entre regiones prefrontales y límbicas, permitiendo mejor regulación emocional.

Un estudio de 2021 encontró que participantes con ocho semanas de entrenamiento en mindfulness mostraban una reducción significativa en sesgo de anclaje, sesgo de disponibilidad y sesgo de confirmación en comparación con un grupo control.

Lo más prometedor es que estas técnicas pueden combinarse en programas integrales de "higiene cognitiva", que pueden incorporarse en educación, formación profesional y prácticas organizacionales para crear entornos de decisión más racionales.

Fronteras de la investigación: hacia dónde va la neurociencia

La investigación actual en neurociencia está avanzando rápidamente en varias fronteras que prometen revolucionar nuestra comprensión de cómo el cerebro nos engaña y cómo podemos mejorar nuestros procesos cognitivos.

Optogenética y manipulación de circuitos neuronales

La optogenética permite a los investigadores controlar neuronas específicas utilizando luz, ofreciendo una precisión sin precedentes para mapear circuitos que subyacen a los sesgos cognitivos. Recientes avances han permitido:

  • Identificar neuronas específicas en la amígdala cuya activación aumenta o disminuye la aversión al riesgo

  • Manipular circuitos en la corteza prefrontal que regulan el equilibrio entre exploración y explotación en la toma de decisiones

  • Crear "interruptores" artificiales para circuitos que median sesgos atencionales

Aunque estos estudios se realizan actualmente en modelos animales, están proporcionando insights fundamentales sobre los mecanismos neuronales precisos que subyacen a nuestros sesgos, potencialmente permitiendo intervenciones más específicas.

Interfaces cerebro-máquina adaptativas

Las interfaces cerebro-máquina (BCIs) están evolucionando más allá de aplicaciones médicas hacia sistemas que pueden detectar y corregir sesgos cognitivos en tiempo real:

  • BCI "detectores de sesgo" que monitorizan patrones de actividad cerebral asociados con diferentes sesgos cognitivos

  • Sistemas de retroalimentación neurofeedback que entrenan a las personas a reconocer y modular estos patrones

  • Sistemas híbridos humano-AI que compensan automáticamente los sesgos humanos mientras preservan el juicio humano en áreas donde superamos a las máquinas

Un estudio piloto reciente demostró que un sistema BCI podía detectar el sesgo de confirmación con un 70% de precisión basándose solo en patrones de EEG, sugiriendo la viabilidad de "alertas de sesgo" en tiempo real.

La conexión cerebro-intestino y los sesgos cognitivos

Una frontera sorprendente es la investigación sobre cómo el microbioma intestinal influye en la cognición y los sesgos:

  • Estudios en modelos animales muestran que alteraciones en la microbiota intestinal pueden cambiar comportamientos relacionados con la toma de riesgos y la respuesta al estrés

  • Ciertos probióticos parecen reducir la actividad en la amígdala en respuesta a estímulos emocionales negativos

  • La señalización del eje intestino-cerebro a través del nervio vago parece influir en sistemas de neurotransmisores que regulan la recompensa y la aversión

Un estudio de 2023 encontró correlaciones entre la composición del microbioma y la susceptibilidad al sesgo de aversión a la pérdida, sugiriendo una posible vía metabólica a través de la producción de neurotransmisores por bacterias intestinales.

Neuroplasticidad dirigida y entrenamiento cognitivo personalizado

Los avances en neuroimagen están permitiendo enfoques altamente personalizados para modificar sesgos:

  • Perfiles individuales de conectividad cerebral que predicen susceptibilidad a diferentes tipos de sesgos

  • Intervenciones de estimulación cerebral no invasiva (como tDCS y TMS) dirigidas a redes específicas

  • Algoritmos adaptativos que personalizan el entrenamiento cognitivo basado en patrones individuales de actividad cerebral

Un estudio reciente utilizó estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) dirigida a la corteza prefrontal dorsolateral mientras participantes realizaban tareas de decisión, reduciendo significativamente el efecto de anclaje. Lo más interesante es que el grado de reducción correlacionaba con cambios en la actividad de redes cerebrales específicas, permitiendo intervenciones cada vez más personalizadas.

IA y modelos computacionales del cerebro

Los modelos de aprendizaje profundo están proporcionando nuevos insights sobre cómo surgen los sesgos como propiedades emergentes de redes neuronales:

  • Modelos que replican sesgos humanos cuando se entrenan con datos similares a los que encuentran los humanos

  • Simulaciones que muestran cómo la optimización para eficiencia energética (similar al cerebro) naturalmente produce heurísticas y sesgos

  • Enfoques híbridos donde la IA complementa el juicio humano, compensando mutuamente sus respectivos sesgos

Un hallazgo fascinante es que muchos algoritmos de aprendizaje profundo desarrollan espontáneamente sesgos similares a los humanos, sugiriendo que estos sesgos pueden ser propiedades inherentes de sistemas que aprenden de datos limitados bajo restricciones de recursos.

Implicaciones filosóficas y prácticas

La creciente comprensión de los engaños del cerebro tiene profundas implicaciones filosóficas y prácticas, desafiando conceptos fundamentales sobre la naturaleza del yo y la toma de decisiones.

El desafío al libre albedrío

Los descubrimientos sobre cómo los sesgos inconscientes y los procesos neuronales automáticos influyen en nuestras decisiones plantean preguntas sobre la naturaleza del libre albedrío:

  • Experimentos muestran que nuestro cerebro "decide" antes de que seamos conscientes de haber tomado una decisión

  • Múltiples influencias subliminales pueden dirigir nuestras elecciones sin nuestro conocimiento

  • La justificación post-hoc de decisiones por el "intérprete" cerebral sugiere que nuestra sensación de agencia podría ser en parte ilusoria

Sin embargo, perspectivas más matizadas sugieren que el libre albedrío podría entenderse como nuestra capacidad para supervisar y vetar impulsos automáticos - lo que el neurocientífico Michael Gazzaniga llama "libertad de veto".

La ilusión del yo unificado

La investigación neuropsicológica sugiere que nuestra percepción de un "yo" unificado y coherente es en parte una construcción:

  • Casos de cerebro dividido revelan múltiples "agentes" cognitivos operando simultáneamente

  • El "intérprete" cerebral constantemente construye narrativas para mantener una sensación de coherencia

  • Diferentes circuitos neuronales pueden impulsar comportamientos contradictorios en diferentes contextos

Esta perspectiva resonante con algunas tradiciones filosóficas orientales sugiere que el "yo" es más un proceso dinámico que una entidad estable - una "ilusión útil" que organiza nuestra experiencia.

Implicaciones para sistemas legales y éticos

Estos descubrimientos tienen implicaciones profundas para sistemas que asumen agentes plenamente racionales y conscientes:

  • El concepto legal de responsabilidad puede necesitar refinamiento a la luz de cómo los procesos cerebrales inconscientes influyen en el comportamiento

  • Los sistemas éticos basados exclusivamente en intenciones conscientes pueden ser inadecuados

  • La regulación en áreas como publicidad y tecnología puede necesitar contemplar influencias subliminales

Algunos sistemas legales ya están incorporando evidencia neurocientífica en consideraciones sobre responsabilidad, particularmente en casos donde anomalías cerebrales pueden afectar el control del comportamiento.

Hacia una sociedad cognitivamente informada

El conocimiento sobre cómo nos engaña el cerebro ofrece una oportunidad para diseñar entornos sociales que compensen estos sesgos:

  • Procesos de decisión en instituciones públicas que incorporen técnicas de "debiasing"

  • Sistemas educativos que entrenen explícitamente metacognición y resistencia a sesgos

  • Tecnologías de "aumentación cognitiva" que complementen nuestras capacidades naturales

El pionero de la ciencia cognitiva Herbert Simon propuso que muchos problemas de racionalidad podrían abordarse mejorando la "arquitectura de elección" - el contexto en que se toman las decisiones. Esta perspectiva sugiere que en lugar de esperar que las personas superen individualmente sus limitaciones cognitivas, podríamos diseñar sistemas sociales y tecnológicos que faciliten mejores decisiones.

V. INTEGRANDO EL CONOCIMIENTO: HACIA UN CEREBRO MÁS CONSCIENTE

El camino hacia la metaconsciencia

La comprensión de cómo nos engaña nuestro cerebro abre un camino hacia un nivel superior de consciencia - la metaconsciencia, o consciencia de nuestra propia consciencia. Este estado permite observar nuestros procesos mentales con mayor objetividad, identificando y potencialmente corrigiendo sesgos en tiempo real.

Etapas hacia la metaconsciencia

Investigadores en neurociencia contemplativa y psicología cognitiva han identificado etapas progresivas en el desarrollo de la metaconsciencia:

  1. Inconsciencia de sesgos: En esta etapa inicial, no solo somos víctimas de sesgos cognitivos, sino que desconocemos su existencia. Nuestras decisiones se ven influenciadas por procesos automáticos sin nuestro conocimiento.

  2. Consciencia retrospectiva: Comenzamos a reconocer sesgos después de haber sido afectados por ellos. Podemos identificar, en retrospectiva, cómo nuestras decisiones fueron moldeadas por heurísticas y sesgos.

  3. Consciencia contemporánea: Desarrollamos la capacidad de notar sesgos mientras ocurren, creando un espacio entre el impulso automático y la respuesta. El psicólogo Viktor Frankl lo describió como "el espacio entre estímulo y respuesta".

  4. Regulación activa: No solo notamos los sesgos en tiempo real, sino que podemos implementar estrategias para contrarrestarlos, redirigiendo nuestra atención y procesos de pensamiento.

  5. Transformación de patrones: Con práctica sostenida, los patrones automatizados comienzan a transformarse. Las respuestas menos sesgadas se vuelven cada vez más naturales y requieren menos esfuerzo consciente.

Las investigaciones en neuroimagen muestran que esta progresión correlaciona con cambios en la actividad cerebral. La consciencia de sesgos se asocia con mayor activación en la corteza prefrontal dorsolateral y corteza cingulada anterior, regiones involucradas en el monitoreo de conflictos y control cognitivo. Con práctica continua, se observan cambios estructurales, incluyendo aumento de densidad de materia gris en estas regiones y fortalecimiento de conexiones con áreas de procesamiento emocional.

Prácticas para desarrollar metaconsciencia

Varias prácticas contemplan sistemáticamente el desarrollo de metaconsciencia:

Meditación de atención plena: Particularmente efectiva para desarrollar consciencia del momento presente. La práctica regular de mindfulness incrementa la activación de regiones prefrontales y reduce la actividad de la red neuronal por defecto, asociada con divagación mental y pensamiento automático.

Investigación contemplativa: Una práctica que involucra interrogación sistemática de los propios procesos mentales, explorando preguntas como "¿Qué está influenciando mi pensamiento ahora?" o "¿Estoy considerando todas las perspectivas relevantes?".

Diálogo socrático interno: Basado en el método socrático, implica cuestionar sistemáticamente los propios supuestos y creencias, identificando posibles falacias o sesgos en el razonamiento personal.

Un estudio longitudinal de 2022 con practicantes de meditación avanzados demostró que estas prácticas producen cambios duraderos en la actividad cerebral, con mayor coherencia entre regiones asociadas con autorreflexión y regulación emocional, incluso cuando no están meditando activamente.

Hacia una integración cerebral óptima

El objetivo último no es eliminar completamente los procesos automáticos e intuitivos del Sistema 1 - estos son esenciales para el funcionamiento eficiente - sino lograr una integración óptima entre los sistemas automáticos y deliberativos.

Los neurocientíficos describen esta integración como "flexibilidad cognitiva" - la capacidad para cambiar fluidamente entre diferentes modos de procesamiento según las demandas de cada situación. Esta flexibilidad se manifiesta como conectividad funcional entre redes cerebrales que normalmente operan de forma relativamente independiente:

  • Mayor conectividad entre la red de modo por defecto (involucrada en procesos auto-referenciales) y la red de atención ejecutiva

  • Integración mejorada entre sistemas límbicos emocionales y corteza prefrontal

  • Comunicación más efectiva entre hemisferios cerebrales

Las neuroimágenes de individuos con alta flexibilidad cognitiva muestran patrones característicos: mayor conectividad entre regiones distantes del cerebro y transiciones más rápidas y fluidas entre estados cerebrales. Estos individuos tienden a mostrar mayor resistencia a sesgos cognitivos y mejor adaptabilidad a entornos cambiantes.

El concepto japonés de "mushin" (mente sin mente) captura esta integración - un estado donde la acción surge naturalmente sin filtración excesiva a través del pensamiento analítico, pero manteniendo consciencia plena. Este estado permite combinar la eficiencia del procesamiento automático con la precisión del pensamiento deliberativo.

Implicaciones sociales: hacia una colectividad más sabia

A nivel colectivo, comprender cómo nos engaña el cerebro ofrece oportunidades para desarrollar "inteligencia colectiva aumentada" - sistemas sociales y tecnológicos que mitigan sesgos individuales y permiten decisiones colectivas más sabias.

Sistemas de toma de decisiones mejorados

Las organizaciones están implementando procesos de decisión que contrarrestan sesgos comunes:

  • Decisión ciega: Eliminar información potencialmente sesgadora (como género, edad, o etnicidad) en procesos de selección y evaluación

  • Técnicas Delphi modificadas: Metodologías que evitan la influencia social y el pensamiento grupal mientras aprovechan la diversidad de perspectivas

  • Mercados de predicción internos: Sistemas donde participantes asignan "apuestas" a diferentes resultados, agregando conocimiento colectivo mientras minimizan influencias jerárquicas

Inteligencia aumentada

En lugar de reemplazar el juicio humano, sistemas avanzados de IA pueden funcionar como "andamios cognitivos" que compensan nuestras debilidades mientras preservan nuestras fortalezas:

  • Sistemas de detección de sesgo: Algoritmos que identifican lenguaje o patrones de decisión potencialmente sesgados

  • Herramientas de diversificación de perspectiva: Sistemas que automáticamente presentan múltiples marcos para considerar un problema

  • Interfaces que promueven deliberación: Diseños que naturalmente guían hacia procesos de pensamiento más completos

Educación para una sociedad metacognosciente

Sistemas educativos están evolucionando para cultivar explícitamente metacognición y consciencia de sesgos:

  • Currículos de "alfabetización cognitiva" que enseñan sobre sesgos y heurísticas desde edades tempranas

  • Aplicación de principios de neurociencia cognitiva en pedagogía

  • Entrenamiento en pensamiento crítico que enfatiza automonitoreo cognitivo

CONCLUSIÓN: EL CEREBRO COMO NARRADOR Y PROTAGONISTA

Nuestro viaje a través de cómo el cerebro nos engaña revela una paradoja fascinante: el mismo órgano que crea estas ilusiones y sesgos es capaz de descubrirlos, estudiarlos, y potencialmente superarlos. El cerebro humano es simultáneamente el narrador que construye nuestra experiencia subjetiva y el protagonista que puede transformar esa narrativa.

Las ilusiones perceptivas, sesgos cognitivos, y engaños que hemos explorado no son simplemente "errores" en el diseño cerebral. Son características emergentes de un sistema optimizado a través de millones de años de evolución para eficiencia energética, procesamiento rápido, y supervivencia en entornos ancestrales muy diferentes al mundo actual.

Sin embargo, la extraordinaria plasticidad del cerebro humano nos permite trascender parcialmente estas limitaciones. A través de prácticas metacognitivas, diseños sociales inteligentes, y potencialmente tecnologías complementarias, podemos cultivar mentes que, aunque nunca perfectamente racionales, sean progresivamente más conscientes, integradas y sabias.

Como sugirió el neurocientífico David Eagleman, quizás no somos simplemente víctimas de nuestros cerebros, sino participantes en un diálogo continuo con ellos - refinando gradualmente nuestros procesos mentales mientras desarrollamos una comprensión más profunda de quiénes somos.

El verdadero poder de comprender cómo nos engaña el cerebro no está simplemente en superar sesgos individuales, sino en el potencial para una transformación más profunda: evolucionar hacia seres más conscientes, tanto individual como colectivamente. En este sentido, las aparentes limitaciones de nuestro cerebro podrían ser, paradójicamente, las puertas hacia un nivel más elevado de consciencia y funcionamiento.

Referencias

  1. Mujeres con ciencia. (2020). Ilusiones visuales: ¿por qué nos engaña nuestro cerebro? https://mujeresconciencia.com/2020/01/08/ilusiones-visuales-por-que-nos-engana-nuestro-cerebro/

  2. NeuroClass. (2025). Ilusiones visuales: Cuando nuestro cerebro nos engaña. https://neuro-class.com/ilusiones-visuales-cuando-nuestro-cerebro-nos-engana/

  3. Infobae. (2019). Ilusiones visuales: ¿por qué nos engaña nuestro cerebro? https://www.infobae.com/america/ciencia-america/2019/12/11/ilusiones-visuales-por-que-nos-engana-nuestro-cerebro/

  4. The Conversation. (2024). Ilusiones visuales: ¿por qué nos engaña nuestro cerebro? https://theconversation.com/ilusiones-visuales-por-que-nos-engana-nuestro-cerebro-128364

  5. Psi Mammoliti. Descubriendo los Sesgos Cognitivos: cómo nuestro cerebro nos engaña. https://www.psimammoliti.com/recursos/blog/descubriendo-los-sesgos-cognitivos-como-nuestro-cerebro-nos-engana

  6. Cuidando Mentes. (2024). ¿Sabías que nuestra mente a veces nos engaña? Hablemos de sesgos cognitivos. https://cuidandomentes.com/2024/07/sabias-que-nuestra-mente-a-veces-nos-engana-hablemos-de-sesgos-cognitivos/

  7. Learntocheck. (2023). Sesgos cognitivos: cómo nos engañamos a nosotros mismos. https://learntocheck.org/item/sesgos-cognitivos-como-nos-enganamos-a-nosotros-mismos/

  8. Infobae. (2024). Neurociencia y autoengaño: ¿por qué el cerebro justifica decisiones inexplicables? https://www.infobae.com/tendencias/2024/11/10/neurociencia-y-autoengano-por-que-el-cerebro-justifica-decisiones-inexplicables/

  9. UPM. El cerebro nos engaña a la hora de tomar decisiones. https://www.upm.es/Investigacion?id=e2b4716a28212710VgnVCM10000009c7648a____&prefmt=articulo&fmt=detail

  10. Inteligencia Emocional. (2024). Comprender el cerebro emocional: Perspectivas de la neurociencia evolutiva. https://www.inteligencia-emocional.org/el-cerebro-emocional-una-perspectiva-evolutiva/

  11. Infobae. (2024). Un nuevo estudio de Harvard explica qué ocurre en el cerebro cuando se toman decisiones. https://www.infobae.com/salud/ciencia/2024/02/22/un-nuevo-estudio-de-harvard-explica-que-ocurre-en-el-cerebro-cuando-se-toman-decisiones/



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